Según diversos reportes y fuentes cercanas a la industria, Microsoft habría cancelado su proyecto interno de una consola portátil Xbox, enfocando sus esfuerzos en una nueva estrategia de software multiplataforma. Esta decisión marca un giro en la visión de hardware de la compañía, que ahora priorizaría colaboraciones con fabricantes como ASUS para representar el futuro de su ecosistema portátil.
El dispositivo ROG Xbox Ally y su sucesor Xbox Ally X se han convertido en los primeros ejemplos tangibles de esta nueva dirección. Aunque aún se esperan nuevas consolas de sobremesa Xbox de próxima generación, todo apunta a que la marca abandonará el desarrollo de una portátil propia para centrarse en potenciar Windows como una plataforma Xbox universal, permitiendo que múltiples dispositivos actúen como consolas oficiales.
Microsoft quiere que cualquier pantalla pueda convertirse en una Xbox, ya sea por medio de juegos instalados, la función Xbox Play Anywhere o a través del servicio de streaming Xbox Cloud Gaming. Con funciones como guardado en la nube y sincronización multiplataforma, la experiencia se vuelve más fluida y accesible desde cualquier dispositivo compatible.
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En paralelo, la compañía ha formado un nuevo equipo enfocado en la preservación de videojuegos y la compatibilidad futura con títulos de generaciones anteriores como Xbox original, Xbox 360 y Xbox One. Aunque aún hay desafíos técnicos y de licencias por resolver, la emulación se vislumbra como una pieza clave para llevar el legado Xbox al PC.
Así, mientras otras marcas como ASUS lideran el desarrollo de hardware, Microsoft se posiciona como proveedor de una experiencia Xbox multiplataforma, más allá del dispositivo físico, reforzando su visión de ecosistema abierto y conectado.
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